Mientras salía a correr

Por las tardes, Fernando llegaba agotado del trabajo, tiraba la mochila con desgano sobre la cama y salía a correr, siguiendo las estrictas indicaciones de su nuevo reloj inteligente. ¡Ese era su momento para actuar!

Mientras salía a correr

Por las tardes, Fernando llegaba agotado del trabajo, tiraba la mochila con desgano sobre la cama y salía a correr, siguiendo las estrictas indicaciones de su nuevo reloj inteligente. ¡Ese era su momento para actuar! Pequeños, reptaban desde abajo de la cama volteando sus formas geométricas con esfuerzo, girando y girando por su amo:

Doblar la ropa, hacer la cama, barrer incluso donde no se ve,
ordenar cajones, limpiar la ventana, lustrar el cuidado piso de parqué.

Sobre el armario también hay polvo, reprocha K-12 a M-28,
y juntos se ayudan, trepan de a poco, limpian allí donde no llega el ojo.

Danza el plumero, no hay quien le gane, en las diestras manos de C-32,
Batallas libran, inenarrables, contra cada alimaña y mugriento horror.

Prolijo y pulcro, entre cada tecla, con diestro esmero T-05,
la humana grasa, que aloja el teclado, extrae y guarda el lustroso cilindro.

¡Descanse la diosa, Productividad, junto con su hermana el Santo Equilibrio!
De plástico lujo, su azulado altar, recién comprado y sin estropicio.

Que corra, que ría, trabaje y lo asciendan, mas de vez en cuando llore también,
Vulnerable un día, ambicioso el otro, ¡que no haya mácula alguna en él!

Sus ojos desencajados, boquiabierto, temblando, un cuerpo en el rincón, en posición fetal. ¿Cuándo llegó? ¡Es Fernando! Murmuran atónitos sus geométricos y secretos ayudantes, y ya no hay magia alguna en el aire.

¿Los observa? ¡Quién sabe! Enfoca un punto con devocional terror, obsesivo. Un punto remoto, Aleph descarnado, que le llega a través de una delicada distorsión de VHS.

Sus secretos ayudantes se miran. No saben qué hacer, sino limpiar, ordenar, por lo que giran sobre sus caras, acercándose, y Fernando grita pero no atina a mover.

Con rítmico paso, a Fernando cubren, en singular escultura transforman,
geométrica y lisa, opaca en lo justo, a Equilibro dado el negro tributo.