Llegaron del Oeste: Crónica, parte XI

Llegaron del Oeste: Crónica, parte XI

Escapo de las redes del amor que me tienen secuestrado ⛓😩⛓ para ponerme al día con la crónica de Llegaron del Oeste, que a esta altura lleva 3 sesiones atrasada. No, no dejé de jugar rol, pero sí estoy con mucho menos tiempo como para sentarme a poner por escrito lo que pasa. Vamos a tratar de subsanar esa brecha en las próximas semanas, paso a paso, hoy con la 16ta sesión.

Cortamos la sesión pasada, la 15ta, con nuestros héroes logrando escapar del Bosque Encantado, tras estar perdidos en él por días y días. Por "héroes" me refiero a Leanathar Teruel, los elfos; a Espino el gran lobo, a Vladimir el carnicero devenido en noble, y a Artjom, su joven ayudante. ¿Cómo estará Anrikjenna tras su regreso?

Lo primero que llama la atención a los héroes al acercarse a la ciudad de los 6 puentes es una serie de montículos y tumbas fuera de los muros. En esas tumbas, 5 lápidas rústicas llevan inscriptas el nombre de quienes estuvieron perdidos por semanas en el Bosque Encantado, lo que ya intriga a los pjs. ¿los dieron por muertos?

Son interrumpidos, sin embargo, por un cazador elfo, emisario del elfo noble Eandor, quien ayudó en la liberación del sitio de la ciudad humana. Los elfos se encuentran acampando en las afueras de la ciudad, en un refugio en la cima de algunos árboles especialmente seleccionados, e invitan a los héroes, alegres de enterarse que Leanathar no ha muerto.

Todos suben las escaleras de mano para llegar al campamento élfico en las copas de los árboles, incluso Espino (con dificultades el lobo). Allí, Eandor les cuenta que la ciudad, recientemente rescatada, ha dado por muertos a sus salvadores, y eligió entregarse a los más libidinosos y excesivos festejos, en coincidencia con la llegada de la luna llena. Ljubljanna se ha encerrado en la Torre del Perdón y la ha tapiado luego de alguna discusión con los habitantes de la ciudad y con el rey del carnaval al que han coronado festivamente. Además, han llegado, atraídos por los festejos, individuos de dudoso origen de otros poblados, aumentando lo bullicioso de la anteriormente silenciosa ciudad.

En este campamento élfico, Espino y el elfo Teruel descansan, cuando Espino nota algo extraño en Eandor, mientras lo escucha hablar. Consulta al elfo Teruel por esta sensación, y Teruel le indica que no hable: él también siente que en Eandor ha operado un cambio, y que la oscuridad se ha apoderado de su alma. Intrigado por esto, Espino parte hacia la ciudad, en la que tiene asuntos sin resolver, y Vladimir le sigue.

Leanathar se queda, sin embargo, ya que tiene pendiente convencer a Eandor de que no vuelva a Rea. El elfo noble parecía dispuesto a retornar, habiendo liberado la ciudad de los 6 puentes, como le encomendaron. Leanathar lo intenta convencer de que colabore también en la liberación de Tersinki y en la derrota de la Sombra al Acecho, para acabar con el mal que se cierne sobre el Bosque Crepuscular de una vez por todas. Leanathar tiene éxito en su Duel of Wits, y logra convencer a Eandor sin tener que realizar ninguna concesión.

Eandor

Mientras tanto, Espino, Vladimir y Artjom ingresan a Anrikjenna y se encuentran con la resaca de los festejos de la noche anterior, si bien los mismos llevan ya casi 2 semanas en curso. Espino prometió ayudar a Artjom a liberar a Lina (su hermana) del cuidado de su tío, Stefán, un prominente ciudadano a quien, sin embargo, encuentran, al ingresar a su casa, borracho y a medias dormido en el suelo.

Consultan a Lina si no preferiría vivir en un palacio más digno de una princesa como ella, y con una sagacidad que sorprende a todos, Lina responde que no le importa cómo sea un palacio, sino que sea suyo 😌. Aún así, Artjom y Espino encaran a Stefán y le dicen que se harán cargo de la niña, echándole en cara su borrachera e incapacidad de ser su tutor. Stefán retruca como puede, pero resulta intimidado por el lobo, quien con un ladrido lo hace trastabillar y golpearse contra la pared, volviendo a sus sueños resacosos. Espino ganó el Duel of Wits (conflicto verbal de Burning Wheel) con una única acción.

Tras esto, Leanathar también ingresa a la ciudad, y se encuentra con los demás, para planificar los pasos a seguir. Por la calle, algunos susurran que los fantasmas de los salvadores de la ciudad deambulan incluso en pleno día. ¿Fantasmas? Otros han echado en cara a los héroes que recorran la ciudad en carnaval sin una máscara que los identifique, una curiosa costumbre que parece haber reflotado con los festejos.

Para ayudar con esto, Vladimir se ofrece a confeccionar un disfraz para Espino, y el lobo acepta el dudoso y mal confeccionado regalo. Sale a la calle con un disfraz que aparenta ser de dragón, pero lo único que consigue son las burlas de unos niños en la calle, y recibe pedradas, que lo asustan y ponen al borde del pánico.

Habiendo perdido el control, el lobo se dirige a las puertas de la Torre del Perdón, y empieza a embestirlas entre aullidos. Inesperadamente, una muchedumbre se suma a él, vociferando que el fantasma de Espino los liberará de Ljubljanna. ¿Quién sabe qué harán si las puertas ceden?

No hay mucho tiempo para intervenir, y Leanathar lo sabe: logra calmar a Espino con un abrazo, y luego intenta disuadir a los asaltantes de la torre sin éxito. Las puertas ceden, y el elfo ingresa con varios humanos, decidido a no permitir que Ljubljanna, la hermana superiora, reciba daño alguno. Sube las escaleras hacia el campanario siguiendo a un último intruso, luego de expulsar a los demás y cerrar las puertas.

Mientras tanto, fuera de la torre, a metros de sus puertas, Espino y Vladimir combaten con una figura misteriosa que arrojó una red al lobo mientras éste intentaba disuadir a la muchedumbre: el rey del carnaval, un señor de unos 50 años, de cierta renguera, aspecto de haber vivido por años en la calle, y protegido por varios de sus allegados, intentó deshacerse del lobo para continuar el asalto de la torre. Finalmente Vladimir ahuyenta a los allegados del "rey", mientras espino lo apresa entre sus fauces.

white and gray wolf
Photo by Jeroen Bosch / Unsplash

Leanathar, en las escaleras de la torre, apunta su arco y dispara: lo que quería ser un disparo a un tobillo para incapacitar al último asaltante termina siendo un proyectil letal, manchando de sangre las escaleras de la torre y dejando con un mal sabor en la boca al elfo, que ha tenido que matar (si bien por error) para salvar otra vida.

La sesión terminó con Espino dejando la ciudad con el rey del carnaval entre sus fauces, y con una decisión improvisada: ofrecerá a la luna llena la mejor ofrenda posible, con el objetivo de revivir al Gran Lobo, el espíritu rector que su especie ha perdido.

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¡Sesión caótica si las hubo! Si tuviera que resumir lo que me sirvió de la sesión, fue aflojar con la planificación mecánica, especialmente en lo referente al funcionamiento del carnaval y de la propia luna llena. En lugar de ello, me tomé el permiso como GM para introducir giros más dramáticos por fallos rutinarios, y destaqué como pude el costado demencial humano que aflora durante esta época. Algo similar ocurrió con el Bosque Encantado, en el sentido de que no hacen falta mecánicas tan definidas y rígidas, como establecer un tono adecuado a partir de las descripciones, de las interacciones y sobre todo con los fallos.

Otro costado "emergente" que me gustó de la sesión fue animarme más con el uso de Fight. Introduje este conflicto extendido luego de que el rey del carnaval arrojara una red a Espino (producto de un fallo previo), y sin una idea tan clara de por qué transicionar a un subsistema tan importante. No había, en un principio, involucramiento de creencias en este conflicto, sin embargo las mismas aparecieron pronto: el jugador de Espino capturó al rey mendigo y decidió que sería su sacrificio para la luna, una de sus creencias, por lo que al final el conflicto fue apropiado.

Fue también un Fight más osado mecánicamente, con posicionamiento independiente para 4 entidades (2 pjs, el rey del carnaval, y sus allegados), y comprobé que estoy acumulando experiencia con este complicado subsistema, lo que me permite explorar situaciones más dinámicas y sacar a luz su potencial. Esperemos que esta tendencia continúe con el paso de las sesiones.

Sin más, me despido para hidratarme y preparar la cena. ¡Hasta la próxima!