Estoy corriendo
Estoy corriendo corriendo, moviéndome muy rápido por un páramo extenso quiero dejar atrás las ruinas que me persiguen
Estoy corriendo
corriendo, moviéndome muy rápido por un páramo extenso
quiero dejar atrás las ruinas que me persiguen
los edificios el asfalto los cadáveres que ya no tienen ni carne
que están resquebrajados y surcados por la maleza
derruidos, venidos abajo, los vidrios colapsados hace tiempo
La Naturaleza con su arrebato de vida
idiota, autómata,
reclama la victoria que merece
por virtud de su constancia
"con su arrebato de vida",
signo paradójico
de la muerte de
los anteriores soberanos de este mundo.
Piso sin querer un afiche
de una marca de autos
o algo así
-todo se pierde en el torbellino de
mi adrenalina
sin
objetivo,
porque sigo corriendo.
Las ruinas que me persiguen
vienen de un futuro que leí
o soñé, o me contaron
pero son
tan reales
que me salpican en la cara, ¡me explota en la cara!
quiero dejar atrás las ruinas que se me vienen
quiero huir de ese futuro inexorable
quisiera correr hacia el pasado
que perdí, tiré, cambié por boludeces (que ahora yacen junto a las ruinas, erosionadas, sin color, sin valor, corroídas por el tiempo)
Correr hacia el pasado
eso no es posible.
Con la prisa de mi carrera
alcanzo a manotearle
al pasado
puñados de recuerdos rosados
Como cuando
me decís que no tengo que estar tan ansioso, que las cosas buenas a veces vienen por sí mismas, que corriendo no se gana nada,
tan solo cansarse al pedo.
Eso me decís, tomando un café, y después te veo pasar en tu auto con ella al lado, sonriendo como desde otro planeta, y sosteniendo la escritura de tu casa nueva
-¿egresamos juntos, te acordás?-
pero yo todavía voy a pie
ineficiente
lento (aunque corra)
y soy pura potencia, una serie infinita de proyectos no empezados ni terminados, de posibilidades que aún no se comprobaron ni se van a comprobar.
Eso me decís.
Pero yo no puedo esperar, no puedo darme ese lujo, no puedo llegar tarde
tengo que correr (no puedo ir en auto)
tengo que encontrar ese pasado
que tiene nombre
y una cara, una sonrisa, signo del zodíaco, documentos, anécdotas divertidas, un cuerpo,
y estaba hecho para mí.
Y cuando lo encuentre, quizás pueda decir
"Sí, esto me pasó, no sabés lo lindo que es"
o "no te preocupes, ya te va a llegar",
o esas cosas que dicen
los que sí vivieron eso.
Esta ciudad en ruinas
por la que voy corriendo
solo yo la veo
no hay nadie más acá
y es que
esta ciudad
nunca fue hollada por pies que no me pertenecieran,
porque
ya estaba vacía
antes de quedar en ruinas.