Incidente en la fuente

Cuando el reloj de la condesa de Barbitury se cayó en la Fuente de la Terrible Epifanía pareció que se venía el fin del mundo para los vecinos de la plaza, que vieron interrumpida su tradicional siesta por los gritos de barítono de la elegante señora.

Incidente en la fuente

Cuando el reloj de la condesa de Barbitury se cayó en la Fuente de la Terrible Epifanía pareció que se venía el fin del mundo para los vecinos de la plaza, que vieron interrumpida su tradicional siesta por los gritos de barítono de la elegante señora. Su séquito pudo haber quedado sordo, de no ser por la amable ayuda de un señor en escafandra que iba camino al trabajo y se ofreció de voluntario para sumergirse en la fuente y rescatar su reloj, y que tuvo éxito donde sus más devotos asistentes no pudieron. Posteriormente, el héroe del día accedió a posar con la condesa para una foto y a compartir unas amables palabras con la Gaceta de Bastion: "Grave arrogancia la nuestra, nos paseamos petulantes por el mundo como si fuéramos sus señores, sin conciencia de los terribles efectos que tan solo arrojar una moneda puede tener, de cómo una pequeña piedra rodando casualmente puede ocasionar la caída de un imperio o extinguir una especie entera! 106 años me demoré en la fuente, llegando a adorar como propio cada rincón, cada guijarro y cada moneda. En un cosmos tan pequeño hallé la tranquilidad de espíritu que no pudo darme una vida de infructuosa rutina y apuro constante por sandeces. Por qué llevé una escafandra toda mi vida si no era para este mismo momento?!"

El amable señor, llamado Vittorio, curiosamente no quiso apartarse desde el incidente de la fuente, y ataca ferozmente a solitarios y parejas que se acercan a pedirle un deseo a la postal del barrio.

Escribí este microrrelato para la portada del periódico del artículo anterior, y me gustó lo suficiente para volverlo un posteo. Espero que les guste, hasta la próxima!