El amo y su hembra retozan juntos en el sillón mullido, despreocupados ante mi mirada. Se entretienen en un juego lento, erótico, manos con manos, líquidos, transferidos, luego manos dentro de la piel finalmente aullidos. ¿Qué hacen? Las paredes de ladrillo polvoriento indiferentes, un foco encendido encima de ellos encendido