Atrapados allá arriba

Un atentado de geoingeniería prácticamente borró a la humanidad de la faz de la tierra. Gases letales fueron liberados, premeditadamente, de la corteza terrestre, a partir de terremotos y erupciones volcánicas inducidas...

Atrapados allá arriba

Un atentado de geoingeniería prácticamente borró a la humanidad de la faz de la tierra. Gases letales fueron liberados, premeditadamente, de la corteza terrestre, a partir de terremotos y erupciones volcánicas inducidas. El grupo terrorista intentó atribuirse el atentado inútilmente, ya no había nadie para leer o escuchar declaraciones. Donde sí tuvieron éxito fue en refugiarse a tiempo en las montañas o en cualquier zona alta al alcance, ya que los gases se concentraron en las alturas bajas y medias.

Con el paso de los años, los antiguos rebeldes formaron sus propios asentamientos y una pantomima de nueva sociedad mundial, con Constitución, elecciones, y todo un complejo aparato administrativo que pronto comprobó ser un lastre para comunidades tan pequeñas. Pero las banderas y otras formas de producir identidad común sí que se mantuvieron, y también ciertos lujos previos a la caída, pues se conservaron generadores, impresoras 3d para producción a pequeña escala de herramientas y repuestos, reservas de insumos complejos, y semillas. Los rebeldes no previeron lo difícil que iba a ser rearmar su vida en las montañas, pero pudieron, o al menos los más habilidosos de entre ellos, y los que pudieron acostumbrarse a los cambios en la atmósfera.

Pero los científicos, ahora una pequeña casta en decadencia, necesitaban justificar su existencia. Las promesas mesiánicas del retorno a la vieja vida se iban olvidando, y con ellas el respeto ancestral por aquellos sacerdotes rodeados de probetas. Así que se empezó a medir la composición de la atmósfera en distintas alturas, y se encontró que a partir de los 3200 metros, aproximadamente (especialmente cuando no hubiera tormentas o viento), el aire era respirable otra vez. Y los gases letales parecían estar bajando en altura o depositándose en el suelo, muy lentamente.

Había restos de una ciudad a unos 20 kilómetros, descendiendo de la montaña. Había sido ganada parcialmente por el bosque, pero algo sorprendió a los exploradores que fueron enviados: árboles gigantescos, de 130 metros de altura en promedio, de mucho diámetro y copas tupidas con ramas fuertes. Magnasziny, los bautizaron, y no eran lo único gigante. Fauna de tamaño desproporcionado, insectos que recordaban a la era de los dinosaurios, o lo que sobre ella contaban las enciclopedias del viejo mundo en el archivo. ¿Habría sido el cambio en la atmósfera?

Para poder estudiar esta nueva zona, para mostrar un signo de avance en el retorno de la civilización, de cara a su comunidad, y para evitar depredadores y gases letales en la superficie, ingentes recursos fueron dedicados a llevar las estructuras necesarias a las copas de un Magnaszin, con el fin de establecer una comunidad permanente. La empresa probó ser un desafío plagado de accidentes, pero el tesón de los científicos y voluntarios pudo más, y de a poco, uno a uno, algunos Magnasziny fueron poblándose.

Los problemas aparecieron cuando los montañeses dejaron de acercarse a dejar víveres y productos básicos. ¿Por qué? ¿Algún desastre acabó con los montañeses? ¿Aprovecharon a sacarse de encima a los densos científicos y seguir sus vidas ya pacíficas? Como fuera, se llevaron también el último helicóptero, por lo que las 3 Obshinki, como se habían denominado a sí mismas las bases en las copas de cada Magnaszin (algo así como comunita, pequeña comuna), quedaron aisladas entre sí y con escasez de recursos.

Se sobrevive, hoy en día, con pequeñas excursiones a la superficie, cuando el clima lo permite. Mediante el envío de vetustos y lentos robots tripulados y con oxígeno propio, y cuando es posible, viajando por las alturas, entre árboles y edificios maltrechos. Pero la falta de recursos es acuciante, y no es poco común que las Obshinki terminen plagadas por conflictos internos y luchas intestinas.


Ahora bien, ¿Qué es esto? No lo comenté acá, pero vengo hace varios meses comprando imitaciones de legos (Panlos, Qman, Mega Construx, por ahora) y armando construcciones, robots, o escenas. Ayer armé medio sin planificarlo este árbol poblado por una pequeña comunidad con cierto acceso a la tecnología: torretas, energía solar, captura de agua del propio árbol, así como de sus frutos rojos, y energía eólica. Y mientras armaba la escena, fui pensando en una historia que la justificara, y salió esta idea postapocalíptica, que tranquilamente podría jugar con Apocalypse World algún día. Algo basada en Invernáculo, por Brian Aldiss, pero sin el primitivismo de dicha novela. Tiene algo también de la niebla letal del Spiderman de PS1

Pero lo otro que me interesa de los bloques es su potencial para el diseño de juegos y mecánicas, y como experimento, vamos a dejar acá la semilla de un juego.

 Atrapados allá arriba 

En este juego, los participantes se toman turnos poblando un árbol gigantesco y formando una comunidad, intentando ya sea generar una comunidad pacífica o poniéndola en peligro, según desee cada participante. Es un juego sin ganadores ni perdedores, y puede ser acompañado por una breve narración, si bien no es necesariamente un juego de rol.

El facilitador proveerá los bloques, debería llegar con un árbol ya armado y vacío, y con piezas pequeñas (1x1x1, 2x1x1, 1x1x3, me refiero a ancho, largo y alto) de su gusto y selección, suficientes para armar pequeños edificios parecidos a los que coloqué en la escena de las fotos.

Así, pero sin los edificios. Las piezas rojas circulares son frutos propios del árbol, pero para jugar, recomendaría utilizar un único color para el árbol, que no pueden utilizar las construcciones.

Con fines de medición, deberían armar una regla de bloques para medir distancia horizontal, y otra para distancia vertical, ya que esos datos serán importantes para algunas mecánicas.

  1. Por turnos, cada participante toma algunas piezas, las que quiera, y coloca un edificio en algún punto del árbol, o amplía otro.
  2. Luego se definen algunos hechos respecto del edificio, especialmente qué recursos aporta. Ver Los recursos.
  3. Luego se revisa el apartado Proximidad con otros edificios, para corroborar cómo queda definido este edificio según su distancia de los otros y cantidad de bloques utilizados.
  4. Por último, este nuevo edificio representa un turno, un paso del tiempo significativo para la comunidad, lo que puede generar transformaciones en la propia comunidad, crisis, mejoras, etc. Revisar y tirar en la Tabla de Suerte para edificios, por cada edificio, y en la Tabla de Catástrofes, una vez.

La comunidad tiene una planilla rudimentaria con algunos datos colectivos. Se anotan, allí, los datos de cada edificio, junto con su número de piezas, indicador general de su poderío, el recurso que producen, y los recursos con los que cuentan. Se pueden trazar líneas para detallar qué edificio subordina a cuál otro.

Límite a la construcción y ampliación de edificios

Dos edificios que estaban separados no pueden unirse por una ampliación (esto podría cambiar a futuro), y hay un límite a la cantidad de piezas con que puede contar un edificio: éste es igual a la cantidad de recursos presentes en la comunidad, o 3, el mayor de ambos. 

Las torretas defensivas son edificios de 2 piezas, por ejemplo. El tubo en la parte superior, productor de combustible, consiste en 3 piezas, aunque una no se vea en la foto.

Cuando se amplía un edificio...

Cambia su cantidad de bloques, obviamente. Un edificio sólo se puede ampliar de a 1 bloque, y sólo se puede ampliar de acuerdo al límite a la construcción (ver más arriba). Cuando se amplía un edificio, sigue produciendo el mismo recurso, pero el  jugador debe volver a revisar el apartado de Proximidad con otros edificios, para recalcular conflictos, subordinación, etc. El resto del turno se juega de la misma manera.

Si se rompe una parte del escenario mientras un jugador coloca su construcción...

¡Catástrofe! La tirada de desgracias general se hace con un +2. Fuera de eso, la sección del árbol que haya colapsado se pierde, mala suerte.

Los recursos

Cada edificio provee un recurso, a elegir por el jugador que lo emplazó. Los recursos iniciales son comida, agua, combustible (permite enviar recursos a cualquier parte del árbol), armamento (permite atacar a 4 unidades de distancia), pero fuera de ellos, el jugador puede definir el  recurso que le plazca. Algunos ejemplos: medicamentos, salud, protección de la atmósfera, radares, energía limpia, drogas, entretenimiento, investigación, etc.

Cada edificio se provee de recursos a sí mismo y a otro edificio que elija el jugador, luego de emplazarlo, si su edificio es autónomo. Un edificio que subordine o esté subordinado tiene acceso a los edificios de la red que integre, y aporta el suyo también a dicha red.

Un edificio en conflicto con otro no le puede aportar sus recursos ni recibir los de él, obviamente.

El jugador que introduce un recurso nuevo puede explicar, si lo desea, qué ocurre con las comunidades que tienen, y no tienen, acceso a él, aunque el efecto de su carencia, mecánicamente, siempre es el mismo.

Proximidad con otros edificios

Se medirá con las "reglas" que armamos, la distancia vertical y horizontal entre el edificio nuevo y los más cercanos (la distancia vertical se mide de base de edificio a base de edificio. Se toma la mayor distancia entre las 2 (vertical y horizontal), y se elige el o los edificios más cercanos, para consultar en la siguiente tabla. Según la cantidad de unidades de distancia(tachones para distancia horizontal, altura mínima de bloque para distancia vertical) entre un edificio y el más cercano, se puede definir su alineamiento dentro de la comunidad. Revisar en la siguiente tabla:

  • 0: no es un edificio, sino una ampliación, a menos que haya distancia vertical
  • 1: subordinado a un edificio de >= piezas (más piezas o las mismas), en conflicto con un edificio de menos piezas.
  • 2: subordinado a un edificio de > piezas; en conflicto con ese edificio, de lo contrario.
  • 3: subordinado a un edificio de > piezas; autónomo de otro modo.
  • 4 o +: autónomo, y no puede ser dañado por el edificio a menos que cuente con recurso de armamento.
  • Empate: si hay 2 edificios a la misma distancia (por ejemplo, a 1 tachón de ambos) y tiene uno de ellos >= cantidad de bloques que el recientemente emplazado, entra en conflicto con su mayor competencia en bloques, siempre que esté a 3 o menos de distancia. Si, en lugar de lo anterior, el nuevo edificio tiene más piezas que los otros, revisa la lista por distancias y elige (el jugador cuyo turno sea) entre los 2 el que más te interese.
La planta extractora de agua a la izquierda y el edificio en el centro con techo blanco están a 1 unidad de distancia (redondeada hacia abajo) en la horizontalidad, y a 0 en la verticalidad. Por ende, a 1 de distancia.

Intercambio de recursos

Luego de la fase de proximidad con otros edificios, el jugador activo, en nombre del edificio emplazado o ampliado, y siempre que este edificio no esté subordinado, puede ofrecer a otras construcciones su recurso. Sólo lo puede intercambiar con una, y la otra parte del trato puede ofrecer, si quiere, el  o los recursos que genera (una construcción que subordine a otras genera varios recursos). Esta parte es libre, y cualquier jugador puede ofrecerse para representar a la otra comunidad, aunque es sencillo hacer que le toque al jugador del turno anterior.

Se anotan los recursos intercambiados en la planilla de la comunidad.

Altura

Este indicador es más simple de interpretar. Simplemente, los edificios más bajos son los primeros en perecer cuando alguna desdicha azota a la comunidad, a partir de la tabla de catástrofes.

Subordinación

Cuando una construcción subordina a otras, todas comparten recursos entre sí. Se puede hacer una línea entre los edificios, en la planilla.

Conflictos!

En esta fase del turno, los edificios en conflicto que tengan menos piezas que su rival, pierden una pieza. Adicionalmente, cada edificio en conflicto tiene un +1 a su tirada de eventos.

Tabla de suerte de edificios

Cada construcción tira un dado de 6 caras, en el orden que decida el jugador activo, y le sumará 1 si está en conflicto, y 1 por cada recurso de los presentes en la comunidad de los que carezca. Se consulta la siguiente tabla:

  • 6 o 7: el edificio pierde una pieza, a seleccionar por el jugador activo. Si le queda únicamente una pieza, pierde un conflicto, si estaba en él, y pasa a quedar subordinado al antiguo rival. Si no está en conflicto y le queda una pieza, no ocurre nada.
  • 8 o más: igual que el anterior, pero un edificio de una pieza y sin conflictos desaparece.

Tabla de catástrofes

Esta tabla refiere a eventos generales que pueden afectar a toda la comunidad. Se suma a esta tirada 1 si hay 2 edificios en conflicto, y 2 si el jugador activo rompió alguna parte del árbol sin querer durante su turno, al emplazar la construcción.

  • 5: el edificio a menor altura pierde el  recurso que genera. Sólo lo recuperará luego de ser ampliado (cuando también puede ser reconvertido para producir otro recurso).
  • 6: el edificio a menor altura pierde un bloque.
  • 7 o +: el edificio a menor altura es destruido y retirado.

Si hay dos edificios empatados a menor altura, se decide cuál es el afectado al azar.


Eso es todo por hoy. El juego, en teoría, puede ser jugado en solitario si el mismo jugador toma todos los turnos, y no tiene condiciones de victoria o derrota, con excepción de que perezcan todas las construcciones y el árbol quede vacío, lo que parece improbable. Es, con toda suerte, un borrador no testeado y no editado, aunque puede que lo pruebe con algún amigo en las próximas semanas y vuelva con noticias. Es agradable volver a diseñar algo 100% propio y estar, por ahora, liberado de la presión de tener que editar o hacer maquetación, aunque si el juego funciona, es posible que lo retome con más seriedad. 

¡Hasta la próxima!